¡Hola, hola!
¿Has pensado en cómo tu cuerpo suele darte señales cuando algo no va bien? Es muy probable que no te hayas dado cuenta hasta sentirte arder en fiebre o cuando ya tienes la gripa bien adelantada, pero esos son solo ejemplos.
De hecho, nuestro cuerpo nos suele hablar de una manera más sencilla y fácil de comprender, ya que todo se basa en los sentimientos, bienestar y a través de los sentidos. Solo hay que saber cómo leernos o dar con esas señales desde el primer símbolo o asomos sutiles que sea perceptible.
Ahora bien, cuando hablamos de un Spa y sus potenciales beneficios, se mantiene una conexión única con el bienestar de nuestro cuerpo. Por eso, dar con ellos puede suponer una acción preventiva que podrá mejorar tu salud a largo plazo.
¿Estás preparada para conocer estos síntomas?
¡Despliega para encontrarlos!
El estrés no te deja vivir, ni abandona el cuerpo
En el universo de la adultez el estrés es un elemento constante en la vida que, casi sin ponernos a pensar en ello, caemos en él. Esto puede ser causado por los excesos de trabajos, responsabilidades, a una mala gestión del tiempo y por los cambios de autoestima.
De hecho, el estrés es un símbolo persistente a través de la tensión en los hombros, molestias en las articulaciones y las migrañas constantes. Si alguna de estas no se tratan con tiempo, lo más probable es que se logre un aumento en la intensidad del dolor.
Además, deberás dejar atrás la creencia de que “mientras más ocupada estés, mejor te irá”, pues de eso no va la cosa. Cuando sientas estrés o excesos de dolores, tu cuerpo está diciendo que quiere un descanso, un respiro de tantas preocupaciones.
El respiro lo puedes practicar en casa, tomando una siesta o aprovechando los tiempos libres en la práctica de tu hobby. Ahora, si prefieres darte otro tipo de atenciones puedes elegir un masaje de tu Spa preferido y volver a reconectar.
Lo único que persiste es el dolor
En ocasiones, el estrés precede al dolor. La rutina diaria puede ser complicada cuando existen grandes esfuerzos que deben realizarse como parte de tu responsabilidad. Por ejemplo: si eres maestra, es probable que al final de día no soportes tus pies.
Estar en constante dolor no es un síntoma saludable. Si te hormiguean los brazos, piernas o articulaciones, es necesario que te chequees, tal vez cambies la rutina, comiences a hacer ejercicio e implementes algunas sesiones especializadas de masajes para tratar las zonas más sensibles.
Sientes que estás al borde del colapso
Esto es un sinónimo de estar atareada o hasta el tope, por no decir quemado o muriendo de éxito. Los momentos en que se está a punto de decir “Ya no puedo más” son vitales para reconocer que es el tiempo adecuado para dar un paseo, desconectar o consentirse.
Estas actividades te permitirán mejorar tu estado de ánimo, tu salud mental y tus habilidades comunicativas. Lo interesante es tomar el tiempo necesarios para reactivar energías, incentivar a la creatividad e incluso mejorar tu capacidad para resolver conflictos.
¿Por qué hacer énfasis en reconocer nuestras señales corporales?
Los dolores, malestares y punzadas es la única vía realista con la que puede contar nuestro cuerpo para darnos a entender que algo no está bien con nosotros. Por lo tanto, reconocer estás señales te permitirán reaccionar de la forma correcta para mantenerte saludable.
Más allá de ello, la disminución del estrés, dolores y prácticas personalizadas, solo redundarán en un cuerpo más saludable, activo y preparado para combatir los futuros problemas de salud.
¿Alguna vez has sentido alguno de estos síntomas? ¡Déjanoslo saber en los comentarios!
¡Nos vemos la siguiente semana!