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5 opciones para fortalecer tu relación con tu hijo

¡Hola, hola!

¿Cómo están?

En la entrada anterior hablamos sobre la importancia del equilibrio entre el trabajo, las responsabilidades y el tiempo de alto valor en familia. También comentábamos algunos hábitos que son esenciales a la hora de querer mejorar la relación entre padres e hijos.

Sin embargo, algunas personas sugirieron más ideas dirigidas a los príncipes de la casa, ya que las relaciones entre madre e hijo puede ser más complejas en cierta medida. Aunque cada caso es único y cada hijo tiene un valor único en el corazón de sus padres.

Las relaciones madre-hijo son más fuertes, sinceras y gozan de una comunicación efectiva que se fortalece con el pasar de los años.

Este vínculo se intensifica con hijos únicos, ya que el centro de la madre es único.

Bajo esta petición, hemos recopilado actividades interesantes que hemos delimitado por rangos de edad para que fortalezcan su relación con los niños.

Aplica estas actividades para fortalecer la relación con tu hijo

Los niños siempre han destacado por ser más activos que las niñas. Siempre están en constante movimiento, aman comer, hacer ejercicio, estar en contacto con los animales y, en algunos casos, estar en contacto con la naturaleza. Aunque cada niño es un mundo y siempre será necesario preguntar sus inclinaciones.

Aun así, tomen nota de estas opciones que podrás incluir en las horas libres que sueles compartir con tu niño.

Juega mientras le enseñas (0 meses – 2 años)

Esta es la etapa de crecimiento donde los niños están aprendiendo todo lo básico sobre el mundo y tú, como madre, eres la responsable de ayudarlo a comprender qué es cada cosa, junto a su padre. Para este período, sugerimos incluir muchos legos de construcción donde puedan crear nuevas formas juntos.

¡Pelotas de colores o balones de algún deporte! Estos regalos no suelen faltar cuando tienes un varón. Así que, saca es bolsa enorme de bolas, tíralas en un corral y compartan un momento de diversión. Tampoco dejes atrás el balón, no dejes que se pierda, recuerda que desde estos momentos el niño puede adoptar un gusto por una actividad deportiva en específico; por lo tanto, una jugada en casa no saldría mal.

Creatividad, diversión y amor (3 años – 6 años)

Plastilinas, colores, crayones, pinturas o manualidades son actividades educativas que ayudan a desarrollar la habilidad motriz del niño. Además, si la madre participa junto a él, tendrá una guía que le permitirá activar la creatividad al 1000%.

Por supuesto, no dejes de lado los libros, audiolibros o cuentos infantiles con moralejas e historias interesantes. Recuerda que para este rango de edad ya se puede ir agregando responsabilidades y tareas pequeñas sobre el hogar que le hagan sentir parte de la familia.

Motívalo a dar nuevos pasos (7 años – 11 años)

Un nuevo deporte, un hobby en particular que haya estado por desarrollar desde antes, enseñarle un nuevo instrumento musical, entre otras cosas. En esta etapa, los niños suelen ser más selectivos, ya saben o tienen una idea de lo que les gusto y lo qué no.

Al estar entrado en etapa de pre adolescencia podrás ayudarle a mejorar sus habilidades que, a un futuro, le servirán bastante. También puedes considerar cursos de cocina, panadería o pastelería para que diversifique sus conocimientos y entienda que tiene libertad de escogencia.

Incluye actividades juntos que ambos compartan interés (12 años – 17 años)

El punto de inflexión de las relaciones entre madre e hijo suelen estar en este rango de edad. Es posible que todo se torne más agrio o difícil de lidiar, así que ante todo: mantén la fe e intenta incluirlo en otras actividades que solo sean ustedes.

Para esto puede ser actividades como cardio, planifiquen unas vacaciones a un destino genial y hagan una lista de deseos o cosas por hacer que ambos quieran hacer. En este tiempo, puedes incluir conversaciones sobre la autoestima, sus sentimientos y consejos.

Es probable que para este rango de edad ya desee independencia, así que prevé las reglas o estrategias que te puedan ayudar a negociar las responsabilidades propias.

Nunca dejen de compartir, así el tiempo sea contado (18 años en adelante)

Este tiempo suele pasar en un 2 por 3: se gradúa de escuela media, va a la universidad y tan pronto ya está en busca de trabajo a medio tiempo o viviendo los momentos duros de la independencia. En estos momentos, que suelen ser los más duros, no desistas de motivarle y apoyarle.

Planifica visitas a su ciudad, salidas o vacaciones en familia que le permitan reconectar con todo. Hagan citas de madre e hijo para compartir sus experiencias y anécdotas. Más para ponerse al día y reconectar como los años anteriores.

 

¿Qué otras actividades incluirías a la lista? ¡Cuéntanos en los comentarios!

Nos vemos la siguiente semana 😉