¡Hola, chicas!
¿Ya han escuchado hablar sobre las características femeninas? Tal vez no con ese título, así que vamos a refrescar un momento antes de entrar en materia:
Las características femeninas son aquellas conductas, acciones o pensamientos ‘sensibles’ (basados no en la razón, sino en las emociones y sentimientos del momento) que te permiten reaccionar ante los obstáculos de la vida.
Desde un punto de vista más simple, es el modus operandi que solemos tener las mujeres para afrontar pérdidas, fallos y errores. Todo bajo un criterio emocional; es decir, no pensamos en los objetivos, sino en cómo se sentirá equis (x) persona cuando vayas a comunicar la notifica (positiva o negativa).
Suena como un pensamiento simple, ¿no les parece? Incluso con un poco de tabú, pero un tabú que solo empolva más la realidad. Así que vamos a tomar una pequeña brocha, así como los arqueólogos, y eliminemos esa tierrita molesta, porque lo cierto es:
Las mujeres logramos enfrentar dolores fuertes, uno tras otro, con una fortaleza emocional increíble.
¡Esto es una afirmación! Nada de tabúes. Tal vez puedes dudar en estos momentos, pero piensa:
- ¿Cuántas veces ayudé a otros a sobrellevar sus problemas?
- ¿Cuántas veces me levanté, aún sin ánimos, para cumplir con mis responsabilidades?
- ¿Cuántas veces he asumido roles y errores que no me competían y, además, los he resuelto?
Tres preguntas son suficientes para saber que se vinieron, al menos, una o dos situaciones donde afrontaste algún momento difícil. A pesar de que no querías hacerlo, te aterraba o solo querías irte, incluso perderte de la faz de la tierra, y llorar de la impotencia; pero, en vez de hacer eso…
DIJISTE: NO. YO SOY RESPONSABLE Y VOY A SOLUCIONARLO.
Aunque pagaste con la moneda emocional, ¿correcto? Por eso, hoy queremos hablar sobre la importancia de los ciclos.
Un ciclo es una etapa de tu vida, definida por ti misma, que representa un antes y un después
Hay un escrito, muy corto, de Alfonso Dávila donde expone: Madurar es renunciar a lo que ya no está. Ese pensamiento es vital para empezar a componer un ciclo en tu vida y que, si antes lo veías como un mal capítulo, ahora lo visualices como un momento para enriquecerte con un conocimiento y experiencia que nadie más ha adquirido como tú lo viviste.
Ese pensamiento es valioso, más que cualquier máster o diplomado. El poder resiliente de aceptar tus fallos, aprender de ellos y decir: fallé, pero aprendí, es lo más poderoso que cualquier mujer puede tener.
Y, ¿sabes qué? Si antes, en aquellas tres preguntas pensantes en esos momentos cruciales de la vida, eres una mujer que obra a través de la inteligencia, estrategia y, por supuesto, las emociones. Porque no son un poder negativo, todo lo contrario: controlar tus sentimientos te permitirá cubrir más campo de lo que crees.
El poder de los ciclos no es un secreto oculto, sino un proceso del que no has tomado tiempo para ponerlo en práctica
Cerrar ciclos es una terapia que cada mujer debería llevar a cabo. En sí, porque adoramos clasificar todo, bien sea en ciclos, capítulos, momentos, recuerdos, épocas o años. Sea como sea, es un momento que, a tu punto de vista, debe cerrar.
Pero, ¿qué vas a dejar atrás cerrando un ciclo? Sencillo:
- Todo lo que te haga sentir que no tienes valor.
- Emociones tóxicas.
- Cualquier persona o situación que te haga daño.
- Momentos que te hagan sentir con poca o nada de libertad.
- Todo lo que reste.
Lo más importante es que aprendas de lo que soltaste y siempre recuerdes estas palabras:
La mente tiene una memoria deficiente.
Entrénala para no caer en esos momentos que no te gustaron, así que no los olvides y tenlos presentes como una lección que te está danto la vida.
Porque no hay mejor maestra que ella.