¡Hola, hola!
¿Cómo están?
Saben que las cifras mueven el mundo y las matemáticas dicen las verdades sin tener pelos en la lengua. Un ejemplo claro fueron las estadísticas que emitió la revista Forbes México en una entrada de Bernardo Prum donde se rescatan los números del INEGI:
19% de las mujeres mexicanas son emprendedoras, representando un total de casi 4 millones.
De ahí, solo el 49% tienen de 18 a 34 años; el 41% de 35 a 56 años.
Tan solo el 53% de esas enorme cifra son madres solteras.
¿Estas cifras te impresionan? Siendo sinceros, a nosotros no. Cada día la mujer va tomando una participación más activa en los niveles empresariales y así seguirá hasta que logremos ver más y más mujeres siendo iconos de relevancia en el mundo.
Basándonos en esto, la entrada de hoy la queremos dedicar al recorrido que suele experimentar una mujer antes de convertirse en una emprendedora.
¿Listas?
El punto de quiebre o punto de decisión
La rutina, el día a día, las constantes responsabilidades que se otorgan en exceso, más el estrés incluido (no exento en casi ningún momento de la vida) suelen atraer sentimientos negativos como la depresión, el desánimo y algunos pensamientos más oscuros.
Esta convergencia logra activar un sentimiento dormido en cualquier mujer. Es como si hubiesen presionado un botón que da acceso a una puerta que antes estaba bloqueada por alguna razón. Tal vez porque no era el momento.
¿Sabes qué es lo curioso de este proceso? Que la mayoría de las mujeres, y emprendedores en general, se renuevan a sí mismos como la leyenda del fénix. Emergen de sus males para batallar por el éxito que se merecían desde hace mucho tiempo.
La lluvia de ideas y la elección de la idea BOOM
La mente de una emprendedora siempre destaca por ser creativa e ingeniosa. Incluso innovadora. Por lo tanto, siempre está trabajando en crear algo que logre un mix espectacular: que la mueva, que le permita trabajar por algo que ama y hacer lo que más le gusta.
De ahí, nace la lluvia de ideas donde se permite visualizar todas las opciones que le parecen llamativas… Entonces, viene el proceso de selección y descarte donde se permite evaluar cada una de una forma poco profunda donde su instinto será la propia guía.
Entonces, la idea BOOM será el detonante para iniciarse como emprendedora. Logrará formalizar la idea y ejecutarla a través de los altibajos que se pueden presentar en el camino.
El desarrollo y evolución de su propio ser
Aunque parezca complejo, el mundo del emprendimiento te regenera, renueva y te hace una nueva persona que busca explotar todas sus virtudes. Además, cualquier cosa que no se conozca, se termina aprendiendo desde cero solo con el objetivo de crecer.
Una emprendedora cumple con este paso sin rechistar. Se informa, estudia y prueba constantemente lo que está bien y lo que no le funciona. De hecho, no se detiene ahí, sino que siempre trata de estar un paso más adelante porque les fascina prever situaciones inesperadas.
Para finalizar, incluimos una de las mejores frases de Arianna Huffington, escritora y columnista estadounidense:
Debemos aceptar que no siempre tomaremos buenas decisiones, que a veces lo arruinaremos. Pero hay que entender que fallar no arruina el éxito, sino que es parte de él.
Y tú, ¿quieres emprender o ya eres una emprendedora? ¡Déjanoslo saber en los comentarios!
¡Nos vemos la siguiente semana!